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Arena Naucalpan 10 de Diciembre

by Gladiatores




Reseña Arena Naucalpan
Jueves 10 de diciembre de 2009
Texto: Diego Mejía Eguiluz
Fotos: José Lázaro Rodríguez

Los Oficiales 911, AK-47 y Fierro estuvieron, una vez más, en el ojo del huracán. El japonés Bushi volvió a enfrentarlos, ahora acompañado de Angélico y el Pantera, y ambos técnicos se acoplaron muy bien con el japonés, poniendo en serios aprietos a los campeones mundiales de tercias de IWRG.

Desde el inicio de la batalla, los Oficiales buscaron desesperar a sus contrincantes rehuyendo al combate directo con Bushi e interrumpiendo las acciones cada que uno de los rudos era sometido con una llave.




Con la complicidad de los réferis Reyes Rosas y Rubinsky, que permitieron esas intervenciones ilegales, los Oficiales lograron tomar ventaja rápidamente y empezaron a atacar en conjunto a los científicos.

Al lograr llevar el combate al terreno que mejor dominan, los campeones de tercias manejaron las acciones a su antojo; sin embargo los Oficiales cometieron el error de confiarse y los técnicos pronto lograron reaccionar para nivelar las acciones y provocar la euforia en la gente, que en su mayoría los apoyaba incondicionalmente.

La velocidad del veterano Pantera, la agilidad de Bushi y el arrojo de Angélico fueron el antídoto perfecto para el veneno de los rudos, y a diferencia de sus rivales, los técnicos supieron terminar a tiempo su obra para anotarse la primera caída.

La supremacía de los científicos se extendió a la segunda caída, en la cual lucieron sus mejores lances y llaves sobre unos Oficiales que ya no sabían cómo esquivar ese beligerante ataque.

Claro que los Oficiales no son campeones nomás porque sí, y si bien no tienen tanta experiencia como el Pantera, a lo largo de estos años que tienen como tercia han desarrollado un largo colmillo. Y justamente esa picardía fue la que los llevó a abandonar el ring, rompiendo el ritmo de sus rivales.



Cuando regresaron al enlonado, los enmascarados lograron recuperar el control de la situación y comenzaron a hacer gala de sus rudezas.

Quienes más sufrieron los embates rudos fueron el Pantera y Bushi, mientras que Angélico poco podía hacer para auxiliar a sus compañeros.

En este capítulo intermedio los Oficiales demostraron que saben aprender sus errores, y ahora no aflojaron el ritmo y supieron rendir a tiempo a sus adversarios para de esta manera empatar el cotejo.

La tercera caída resultó de verdadero alarido. Ninguno de los contendientes cedía terreno, y los seis gladiadores sacaron sus mejores armas a relucir.
La experiencia del Pantera fue fundamental en este cotejo, y se vio bien complementada por el deseo de venganza de Bushi y los recursos de Angélico.

Los vuelos espectaculares comenzaron a hacer su aparición, y después de que Pantera y Bushi ejecutaron un par de lances hacia fuera del ring, la mesa quedó servida para Angélico y 911, capitanes de sus tercias, definieran el combate.

De manera sorpresiva para todos, Angélico aplicó unas muy efectivas patadas a la quijada de 911, dejándolo seminoqueado y sin posibilidad de zafarse del toque de espaldas con el cual fue sometido.

Tras esta victoria, los técnicos anunciaron sus intenciones de acorralar a los representantes de la ley hasta que les den una oportunidad por el cinturón de tercias de IWRG. 911, por su parte, reafirmó su interés por el campeonato de peso ligero de Bushi; además de sentenciar al Pantera y amenazarlo con retirarlo de la lucha libre.


En el duelo semifinal, los Piratas (Hijo de Pirata Morgan, Pirata Morgan júnior y Barba Roja) se encargaron de darle la bienvenida a la Dinastía de la Muerte (los Traumas I y II y el Negro Navarro), que hacía su reaparición en la arena Naucalpan.




Desde el inicio de la batalla, los Piratas entendieron que no debían caer en el enfrentamiento directo con los técnicos, pues la habilidad de los Traumas y del Negro Navarro en el terreno de las llaves y las contrallaves podía resultar letal.

Con ataques en conjunto, castigos a las piernas y fuertes patadas muy cerca del área de foul, los Piratas fueron dominando a sus oponentes y se anotaron rápidamente la primera caída de la lucha.

En el capítulo intermedio, los bucaneros continuaron con su labor destructiva, cual si fueran miembros de la tripulación de Long John Silver. Tanto los Traumas como el Negro Navarro resentían los estragos del abordaje de los corsarios, pero supieron mantener la calma para en el momento preciso montar una agresiva y efectiva contraofensiva.

Los Traumas recordaron sus tiempos de rudos en Naucalpan y se desquitaron de todos y cada uno de los golpes a los que minutos antes habían sido sometidos; dentro de esos ataques que ahora ellos propinaban, destacó la lanza hacia fuera del ring que tan bien dominan, y que en esta ocasión ejecutaron sobre el vientre de Barba Roja. Negro Navarro, por su parte, demostró que sigue siendo un rudo de cuidado para cualquiera que se le ponga enfrente.



Este despliegue de recursos que exhibió la Dinastía de la Muerte fue letal para las aspiraciones de los Piratas, que cayeron derrotados en la segunda caída.

En el episodio final, los herederos del Pirata Morgan lograron recuperar parte del terreno perdido y en esta reacción no sólo buscaban llevarse la victoria, también querían dar a conocer el rostro del Trauma I, a quien comenzaron a desamarrarle la máscara.

La Dinastía de la Muerte no estaba dispuesta a permitir que sus rivales se les subieran a las barbas y continuaron con el ataque que habían montado en la segunda caída y que tan efectivo les resultó.

La picardía de los Piratas provocó una equivocación en sus oponentes, y Trauma I pateó accidentalmente al Negro Navarro. Desconcertado por lo que acababa de ocurrir, el Trauma se quedó congelado un par de segundos, que fueron suficientes para que los filibusteros se le fueran encima.

Los réferis, inútilmente, trataban de controlar a los Piratas, pero estos no hacían caso de esto y terminaron empujándolos. Negro Navarro aprovechó esto para acercarse a su vástago y arrancarle la máscara y aventarla a Pirata Morgan júnior.

Al reaccionar los réferis, vieron a Morgan júnior con la capucha de su rival y se comieron el engaño por completo, pues descalificaron a los rudos, que molestos se retiraron a los vestidores.


La batalla especial de la noche enfrentó a los campeones de tercias del Estado de México, los Terribles Cerebros (Doctor Cerebro, Cerebro Negro y Black Terry) en contra de los espectaculares Ultramán júnior, Zatura y Freelance.




Sabedores de la peligrosidad de los técnicos cuando la lucha se desarrolla en el estilo aéreo, los Cerebros y Terry centraron sus ataques en las piernas de los científicos, para así mermar la condición física y resistencia de sus oponentes.

Esta estrategia resultó bastante efectiva, pues los técnicos pronto se vieron en desventaja en el combate. Aunado a esto, los Cerebros también se concentraron en lastimar los brazos de Zatura, mientras que Freelance y Ultramán júnior intentaban, de manera infructuosa, auxiliar a su compañero.

No obstante, los técnicos no iban a dejar que sus oponentes tuvieran un día de campo y reaccionaron en el momento exacto para nivelar la balanza y forzar el combate a una tercera caída.

Freelance comenzó a desequilibrar a los campeones del Estado de México con sus siempre espectaculares ejecuciones aéreas, mientras que Ultramán júnior se desquitaba de los castigos a los que Black Terry y el Cerebro Negro lo habían sometido anteriormente.


Todo parecía indicar que la victoria sería para los técnicos cuando Freelance y Ultramán júnior atraparon a Terry y al Cerebro Negro con sendos tirabuzones, pero el colmillo del Doctor Cerebro salió a relucir en el momento exacto pues el rudo aprovechó que Reyes Rosas y Rubinsky estaban concentrados en la posible rendición de los rudos. Sin nadie que lo observara, pasó a Zatura (capitán de la tercia científica) por encima de su cabeza y lo recibió con un foul, para después llevarlo al toque de espaldas para los tres segundos de rigor y conquistar así la victoria.


La segunda batalla de la noche enfrentó nuevamente a los Gemelos Fantásticos en contra del Gringo Loco, quien en esta ocasión se alió a Avisman.



Los problemas que se dieron antes en la esquina ruda (recordemos que Gringo Loco rapó a Avisman hace un par de meses) quedaron atrás y ambos rufianes se acoplaron a la perfección para constituir una aduana muy difícil para los Gemelos Fantásticos.

Los técnicos, por su parte, buscaron en todo momento acabar con el Gringo Loco, quien se les ha metido entre ceja y ceja.

El coraje de los Gemelos en contra del luchador estadounidense los llevó a comportarse casi tan rudos como sus rivales; sin embargo, la ira de los Gemelos resultó contraproducente y en el momento menos esperado fueron dominados por el Gringo Loco y Avisman, quienes al final de tres disputadas caídas se alzaron con el triunfo, para coraje de los técnicos.


En el primero encuentro de la velada, Dinamita Kid sufrió pero al final consiguió su primera victoria en la arena Naucalpan al vencer en la única caída del encuentro al rudo Keshin Black.




Sigan los pormenores de las funciones de la Arena Naucalpan, todos los jueves, en vivo, a través de http://radio.thegladiatores.com

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