Reseñas

Reseña Arena Naucalpan
Domingo 20 de diciembre de 2009
Texto y fotos: Diego Mejía Eguiluz

Para continuar con los festejos de su trigésimo segundo aniversario, la arena Naucalpan presentó en la lucha estelar del pasado domingo 20 de diciembre una modalidad nunca antes vista. Conocida como el Legado Final, seis júniors y sus padres se enfrentarían en una batalla campal en la que el último hombre en pie daría el triunfo a su dinastía.

Las duplas participantes fueron Canek-Hijo de Canek; Trauma I-Negro Navarro; Exodia-Olímpico; Hijo de Pirata Morgan-Pirata Morgan; Máscara Año Dos Mil júnior-Máscara Año Dos Mil; Hijo del Pantera (quien hacía su presentación)-Pantera.

La mecánica para determinar a la dinastía ganadora establecía que el combate lo iniciarían los júniors, y una vez que fuera eliminado alguno, su lugar lo ocuparía su progenitor. Al final, sólo una dupla sería la ganadora.

Los júniors salieron dispuestos a demostrar que pueden con la responsabilidad que implica el encabezar una función y no midieron consecuencias con tal de ganarse un lugar en los sitios estelares.

Algunos, por su experiencia, tenían ventaja sobre sus rivales; los más novatos, por su parte, compensaban su falta de experiencia con la enjundia, arrojo y velocidad.

El debutante Hijo del Pantera fue el primero en morder el polvo y ceder la estafeta a su progenitor, quien tuvo que lidiar con cinco luchadores imberbes a los que no les importaba la jerarquía.

Exodia fue el siguiente en quedar eliminado, para dar paso al Olímpico. Esta dinastía fue la primera en quedar completamente eliminada del combate, pues Olímpico intentó un lance hacia fuera del ring en contra de Máscara Año Dos Mil júnior y cayó de muy mala manera; fue necesario retirarlo en camilla y no pudo regresar a la batalla.

Máscara Año Dos Mil júnior fue el siguiente en quedar fuera, dando así paso al Macho de Lagos y Padre de más de veinte, Jesús Reyes, Máscara Año Dos Mil.

Trauma I, quien fue uno de los júniors más ovacionados en toda la contienda, fue uno de los más aguerridos en esta batalla, sosteniendo piques con casi todos los novatos y veteranos en esta contienda; a pesar de su entusiasmo, fue el cuarto en quedar eliminado y cedió su lugar al Negro Navarro.

La batalla continuó su desarrollo con las traiciones y alianzas propias de una campal. Resaltó el duelo entre los hijos de Canek y del Pirata Morgan, quienes dieron continuidad al pique que iniciaron sus padres una semana atrás. Una vez que eliminaron al Hijo del Pirata Morgan, el autonombrado Mejor luchador del mundo salió de vestidores y se abalanzó directo sobre el heredero del Príncipe Maya y fue tal su ataque que hasta le rompió la capucha y lo agredió entre las primeras filas de la arena. La rendición del vástago de Canek fue mero trámite y se completó el sexteto paterno con la salida del Príncipe Maya.

Máscara Año Dos Mil, Pantera y Negro Navarro fueron eliminados, en ese orden, y sobre el rombo de batalla quedaron los hombres del pique para definir a la dinastía que resultaría triunfadora.

Pirata Morgan, que anhela una oportunidad por el fajín de peso completo que posee Canek, hizo gala tanto de rudezas como de velocidad. Además, contó con la intervención ilegal de su hijo, quien salió de vestidores para brinda el apoyo a su padre.

Sin embargo, el hijo de Canek hizo lo propio y se encargó de neutralizar al invasor con un certero tope hacia fuera del cuadrilátero.

Los réferis Rubinsky y Grillo, preocupados por la salud de los dos jóvenes, se distrajeron unas milésimas de segundo, que fueron suficientes para que el Hijo de Canek jalara de los pies al Pirata Morgan. Al reclamar esa acción, el Pirata bajó la guardia y esto lo aprovechó Canek para llevar a su rival con una rodad para el toque de espaldas, del cual Morgan ya no pudo zafarse.

Molesto por la manera en que perdió, el Pirata retó a Canek a un mano a mano.

En la lucha semifinal, los científicos Angélico, Freelance y Bushi enfrentaron a la tercia conformada por Black Terry, Trauma II y Veneno.

Terry y el Trauma, quienes han sostenido una encarnizada rivalidad, hicieron a un lado rencores y formaron una interesante dupla. La batalla la inició Black Terry luchando a ras de lona contra Freelance. El también conocido como Suicidita sorprendió a propios y extraños al responderle al tú por tú a Black Terry, quien deportivamente reconoció los recursos de su adversario.

Angélico y Trauma II fueron los siguientes en medir fuerzas, y al igual que sus antecesores deleitaron a la fanaticada con varias llaves dignas de un encuentro titular.

Veneno, por su parte, fue quien cambió el ritmo de la batalla. Primero fingió no querer combatir pues no estaba seguro de poder igualar lo hecho por sus compañeros, y después evitó el duelo técnico en contra de Bushi al atraparlo rápidamente con una desnucadora brutal. El conteo de tres segundos para el oriental fue de mero trámite. Trauma II y Black Terry completaron la obra al rendir a Angélico y Freelance, respectivamente.

Para la segunda caída, los rudos se comportaron fieles a su estilo y al son de todos contra uno dominaban a placer a sus rivales, que no encontraban la manera de contrarrestar los embates de los rufianes.

La reacción llegó gracias a las equivocaciones que provocaron Freelance y Angélico en el bando de los rudos. Quien más padeció en esta reacción fue el panameño Veneno, quien lo mismo era víctima de los embates de Bushi que de las patadas de Angélico.

A pesar de haber sido dominados en ese capítulo intermedio, y de estar en desventaja en la mayor parte de la tercera caída, los rudos fueron quienes salieron con el brazo en alto gracias a la astucia y mañas de Veneno.

Bushi y Freelance salieron con espectaculares vuelos sobre Trauma II y Black Terry, mientras que en el centro del ring Angélico se daba gusto golpeando a Veneno con el puño cerrado. El réferi el Grillo se interpuso para amonestar a Angélico, y Veneno (tal como hiciera Máscara Año Dos Mil con Aníbal hace más de quince años) le jaló el pie al luchador de la península ibérica para que fauleara al Grillo. El nazareno se comió el engaño y descalificó a los técnicos, ante la molestia del público.

La Ola Maldita (Maldito júnior y Samot) se enfrentó una vez más al exótico Miss Gaviota, quien en esta ocasión tuvo como aliado a Alan Extreme.
Los rudos, que la semana pasada ganaran con trampa a Miss Gaviota, una vez más se valieron de sus ataques en conjunto y de su mayor tonelaje para hacer sufrir a una Miss Gaviota que hasta mordida en los glúteos se llevó.

A pesar de una rápida reacción de los técnicos (que incluyó besos del exótico para sus rivales y para el Grillo), pudo más el tonelaje y las rudezas de Maldito júnior y Samot, que salieron victoriosos en tres caídas.

En el primer duelo de esta velada, los novatos Comando Negro y Guizmo se enfrentaron en un interesante mano a mano.

A pesar de tener un poco más de experiencia, el Comando Negro no contó con el ímpetu de su rival, que motivado por esta reaparición salió en un plan incontrolable.

Después de tres muy disputadas caídas, la victoria correspondió al técnico Guizmo.

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Reseña Arena Naucalpan
Jueves 17 de diciembre de 2009
Texto: Diego Mejía Eguiluz
Fotos: José Lázaro Rodríguez y Alfonso Lizárraga

La Arena Naucalpan cumplió un año más de su edificación. Para celebrarlo, el Grupo Internacional Revolución organizó una función estelar cuya lucha estelar fue una nueva edición de la Prisión Fatal, combate en jaula donde estuvieron diez máscaras en juego.

Para hacer más atractiva esta jaula, aquellos luchadores que abandonaran la reja recibirían una correa para tratar de impedir la huida de aquellos que aún se encontraran dentro.

Los diez enmascarados que pusieron en riesgo su incógnita fueron Trauma I, Xibalba, Péndulo, Hijo de Pirata Morgan, Fantasma de la Ópera, Ultramán júnior, Exodia, Capitán Muerte, Zatura y Tóxico, quienes por espacio de diez minutos combatieron para tratar de minar la resistencia de sus adversario y tratar de dificultarles la salida.

Como era de esperarse, las alianzas y traiciones predominaron en este combate. Todos veían exclusivamente por sus intereses. De manera astuta, algunos de los contendientes buscaban ahorrar la mayor cantidad de energía, mientras que otros apostaban a su juventud y mejor condición física.

Una vez transcurridos los diez minutos, la prioridad para los gladiadores era huir por encima del enrejado. Esto llevaba varios riesgos implícitos, pues cada que alguno se acercaba a la anhelada cima varios se le colgaban de las piernas y tiraban para tratar de regresarlo a la batalla. Varios de los derribados sufrieron fuertes golpes, como el Fantasma de la Ópera y el Trauma I.

Sorpresivamente, el primero en poner a salvo su incógnita fue Tóxico, quien demostró tener mucha agilidad a pesar de su tonelaje. Apenas tocaron sus pies la tarima de protección, los réferis Reyes Rosas y Rubinsky le otorgaron la correa para que cumpliera con su nueva misión: impedir la huida de los demás.

Claro que al ser el único con correa, era difícil tratar de evitar que los nueve restantes escaparan. Ultramán júnior y Exodia fueron los siguientes en salvarse de la quema. En cuarto lugar escapó el veterano Xibalba, seguido del espectacular Péndulo.

Donde sí establecían alianzas era afuera de la jaula, pues los técnicos no hacían mayor esfuerzo por impedir la salida de sus compañeros de bando, mientras que cuando un rudo intentaba escapar todos se le iban encima.

Fantasma de la Ópera fue el sexto en salvarse, llevándose una fuerte ovación del público asistente, que no quería verlo perder.

Quienes se trenzaron en un interesante duelo fueron el Trauma I y el Hijo del Pirata Morgan, llegando a frustrarse mutuamente sus intentos de salvación. Por otra parte, Zatura era a quien le pintaba peor el panorama, pues era el último técnico dentro del enrejado.

Hijo de Pirata Morgan fue más rápido que sus rivales y escapó de la reja. Trauma I y Capitán Muerte iniciaron una rápida alianza en contra de Zatura, pero cuando Capitán Muerte pretendía traicionar al Trauma I, éste fue más hábil y se escabulló para enviar a la hoguera a Zatura y a Capitán Muerte.

Ambos enmascarados se veían nerviosos, pues sabían que en caso de que su rival escapara tendrían que despojarse de su incógnita, y pondrían su carrera en riesgo.
Capitán Muerte tomó la iniciativa y comenzó a castigar a Zatura para ablandarlo, pero cometió el error de no rematarlo a tiempo y el joven técnico pudo reaccionar.

Zatura también engolosinó un poco y estuvo a punto de ser el sacrificado de la noche. Capitán Muerte, astutamente, le arrancó la máscara a Zatura y se dirigió al esquinero para iniciar el escape mientras que, suponía, el técnico se quedaba en la lona protegiendo su rostro.

Para sorpresa de todos, un aficionado anónimo le dio a Zatura una máscara de Rey Misterio y el esteta se la puso y se dirigió a toda velocidad hacia donde estaba el Capitán Muerte, quien se había confiado por su acción y tardaba en abandonar la reja.

Zatura le movió los pies al Capitán Muerte para que él solito se fauleara contra los tensores. El rudo todavía trató de reaccionar un poco, pero no le fue posible incorporarse a tiempo. En la cima, Zatura celebraba pues su salvación implicaba también el primer trofeo de su carrera: la máscara del Capitán Muerte.

El derrotado, después de reclamar algunos instantes por la decisión, se despojó de la máscara y reveló que responde al nombre de Guillermo Martínez Cid, es originario de Tlalnepantla, Estado de México, y cuenta con ocho años de luchador profesional.

El combate semifinal de la noche tuvo en juego la primera edición de la Copa Adolfo “Pirata” Moreno. Para disputarla salieron al ring dos de las tercias más representativas del Grupo Internacional Revolución: los Oficiales (911, AK-47 y Fierro) y los Terribles Cerebros (Doctor Cerebro, Cerebro Negro y Black Terry).

911 y Black Terry, capitanes de ambas tercias, fueron los que iniciaron el combate con un muy buen duelo a ras de lona. Pero cuando todos pensamos que el resto de la lucha sería de llaves y contrallaves, cual si fuera un duelo de campeonato, los representantes de la ley se olvidaron de toda cordialidad y se abalanzaron sobre sus oponentes con un fuerte ataque al tres contra uno.

Por más que los Terribles Cerebros procuraban resistir, el impulso que traían los Oficiales era demasiado y sólo era cuestión de que los campeones mundiales de tercias se decidieran para terminar con el capítulo inicial.

La desventaja de los Cerebros era aún mayor en la segunda caída, pues el Doctor Cerebro se llevó un fuerte golpe en las costillas y estuvo a punto de no poder regresar.

Cerebro Negro y Black Terry aguantaban estoicamente el castigo impartido por los Oficiales, y en el momento menos esperado, y con ayuda de un recuperado Doctor Cerebro, lograron reaccionar y se desquitaron con creces de todo lo que les habían hecho anteriormente.

Con el combate empatado a una caída, ambas tercias salieron con todo para llevarse la victoria y la copa. Los dos equipos hacían gala de un muy bien acoplamiento. Un par de vuelos de Doctor Cerebro y Cerebro Negro dejaron el escenario listo para que los capitanes de ambas tercias definieran el resultado de la contienda.

911 estaba dispuesto a sorprender a Black Terry, pero la experiencia del otrora Temerario le llevó a aplicar un fuerte frontcracker sobre el joven enmascarado, quien no resistió el golpe y escuchó, sin poder moverse, las tres palmadas que decretaron que la primera edición de la Copa Adolfo “Pirata” Moreno era para los Terribles Cerebros.

El segundo combate de la noche, en relevos sencillos, enfrentó a la dupla de Avisman y el Gringo Loco en contra de los científicos Bushi y Freelance.

Los piques fueron muy marcados en este combate. Avisman se encargó en todo momento del japonés Bushi, mientras que el Gringo Loco se lucía a costa de Freelance.

Claro que los técnicos no están mancos y ellos también dieron su buena dosis de castigos a los rudos.

Los técnicos basaban su estrategia en la espectacularidad (y vaya que ambos científicos aplicaron lances que pusieron al público de pie), mientras que los rudos apostaron por los castigos recios y ataques en conjunto.

Al final de tres disputadas caídas, pudo más el ímpetu de los rudos y con un nudo de Avisman sobre Bushi quedó sellada la victoria de los rufianes.

Avisman pidió a Bushi una revancha por el campeonato mundial de peso ligero de IWRG, pero para su sorpresa tanto el Gringo Loco como Freelance exigieron que también se les tome en cuenta como retadores al cetro que está en poder del nipón.

En el primer combate de la noche, el guapachoso Chico Che y el siempre aguerrido Eragón tuvieron una aduana difícil en contra de los reaparecidos Arlequines Rojo y Amarillo.

El combate resultó bastante movido y dejó a los aficionados con bastante ánimo para lo que sería el resto de la función.

A pesar de que los Arlequines tenían ventaja por su mejor acoplamiento, fueron los técnicos Eragón y Chico Che quienes salieron con el brazo en alto después de tres caídas.

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