Tijuana

Texto y fotos: Samuel Pérez Navarro.

La nueva administración de AKE se encargo de hacer posible una última lucha extrema para el máximo representante de la empresa, Crazy Frank, luego de que este anunciara un retiro temporal del deporte espectáculo. El luchador encargado de despedir a Frank del encordado seria el gladiador extremo internacional, Aero Boy, en un deathmatch estilo Japón.

El ídolo de la colonia Jardín hacia su presentación con una característica vestimenta de artemarcialista, mientras el ‘‘Héroe Clandestino’’ arribaba con una luminosa capa. El encuentro iniciaba con una clásica toma de referee, que terminaría enviando a ambos sobre las cuerdas, reventando las lámparas que se encontraban entre ellas. Ambos tomaban un par de luces, reventándoselas uno al otro en la cabeza.

Aero Boy tomaba una de las lámparas quebradas, y la enterraba en la frente del ídolo local. Una vez ensangrentado, lo lanzaba sobre una tabla envuelta con alambre de púas. Ambos se recetaban un par de patadas, donde poco a poco Frank comenzaba a tomar el control de la lucha. El de casa colocaba un cofre de auto sobre el ring, y azotaba a su rival en el. Frank se sacaba la espinita, rompiendo la máscara de Aero Boy, y reventándole la frente con una lámpara.

En el momento más extremo de la noche, Frank azotaba sobre el filo de unas latas de aluminio a su rival, reventando la espalda baja de Aero Boy. El enmascarado colocaba una ventana de carro sobre el esquinero, y la hacía explotar con la humanidad de Crazy Frank.
Aero Boy tomaba un puñado de brochetas, y las enterraba en la frente de Frank. El maestro de artes marciales no se dejaba intimidar, y regresaba el castigo, ensartando otro puñado de palillos de madera en la frente del ex campeón crucero AKE.

El momento final de la lucha se vivía en la ceja del ring. Ambos intentaban lanzarse sobre una cama de la muerte. Patadas y codazos no serian suficientes para cumplir con el objetivo. Aero Boy embestía a Frank, de entre segunda y tercera, cayendo sobre una trampa de doble triplay, lámparas y púas. El referee comenzaba una cuenta que llegaría hasta los 20 segundos, misma que decretaría el empate cuando ninguno de los dos lograra ponerse nuevamente de pie.

Al final del encuentro, Franco agradecía el apoyo a la gente que se dio cita en La Casa Extrema, misma que se encargo de hacer un lleno total del local. Aero Boy cerraba la velada con unas emotivas palabras de respeto sobre su rival, dejando abierto una revancha para el futuro.

Texto y fotos: Samuel Pérez Navarro.

AKE presento el evento denominado Ultra Violento, donde Crazy Frank se encargaría de recibir a dos rivales, en un triangular que dejaría satisfecho a los fans de la casa extrema. Desde Mexicali arribaba el campeón extremo de Baja California, Voltron; y representando a DTU, aparecía el internacional Ciclope.

Las acciones comenzaban con un espectacular mortal hacia atrás de Voltron, sobre Frank y Ciclope, quienes se encontraban debajo del cuadrilátero. Todo indicaba que Voltron no se recuperaría rápido de la caída; Frank tendía con patadas al líder Macizo. Sobre el encordado, Frank buscaba el toque de espaldas, pero no conseguía la tercera palmada sobre Ciclope. Intentando asegurar la victoria, Frank amarraba con candado al brazo a Ciclope, pero no era suficiente. Voltron atrapaba con la de a caballo al icono de AKE, pero era atacado por lamparazos de Ciclope, iniciando una explosión de bulbos.

Ciclope y Voltron unían fuerzas, y lanzaban a Frank sobre una de las paredes de la cancha. Ciclope desataba la euforia del público, cuando arrollaba a Frank con un carrito de supermercado, explotando sobre el artemarcialista las lámparas que se encontraban en la parte delantera del carrito.

Voltron plantaba un puñado de palillos de madera en la frente de Ciclope. ‘‘Su majestad’’ estrellaba la cara de Frank sobre palillos pica dientes, con un pisotón al rostro. Ciclope se amarraba un grupo de lámparas, y volaba con plancha sobre Frank, reventándolas sobre el representante de la casa extrema.

Ciclope prepara un carrito con lámparas, para lanzar a Voltron. Pzaiko, de Mexicali, intervenía en apoyo de su amigo, y Frank se encargaba de lanzar a Ciclope sobre el carrito, con patadas voladoras. En el cuadrilátero, Voltron volaba con mortal hacia atrás sobre Frank, pero el artemarcialista se quitaba y atrapaba a su rival con candado al brazo, arrancando su rendición. Al final de la lucha, comenzaban los retos entre los tres gladiadores, y Pzaiko pedía una oportunidad en la casa extrema.